A mis alumnos y alumnas |
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29 de marzo de 2008 Aprovechando que en el colegio ya tenemos página web desde hace unos meses, y animado por mi buen amigo Miguel Aranda, he tomado la decisión de crear, con su ayuda técnica, un pequeño rincón para explorar a través de la filosofía, la psicología, la poesía y otras ramas del saber como la sociología, la historia y el arte, entre otras especialidades, los pensamientos, los sentimientos, la ética, las relaciones humanas, el sentido de la existencia, y aspectos de nuestra vida que nos importan e influyen de una manera no siempre consciente, pero siempre contundente y decisiva. Me gustaría que este ámbito del pensar y del sentir que hoy comienza a través de la oportunidad que nos brindan las nuevas tecnologías, se convirtiese en un lugar de encuentro para la sosegada intimidad que busca respuestas o conocimientos más allá de la cegadora creencia de las apariencias. Por otro lado, este espacio para los pequeños pensamientos está creado de acuerdo con mi experiencia docente en las aulas, es decir, que no deseo que se convierta en un modesto ensayo de ideas, unas de tras de otras, ajenas a transmitir algún tipo de saber, valor o curiosidad a vuestra perspicaz mirada llena de interrogantes y dudas. Por eso espero que juntos vayamos realizando este sutil viaje por los remolinos de las abstracciones y vayamos dilucidando, entre las neblinas de lo etéreo, las respuestas que cada uno debe encontrar según como oriente su búsqueda. Sea como fuere, lo fundamental es que las palabras asociadas entre sí para crear ideas, nos sirvan para debatir con las personas cercanas en nuestro entorno. No se puede filosofar sin polémica, pero siempre con el respeto basado en el diálogo y la tolerancia. Hacer filosofía es algo más que una autoescucha intelectual, por eso habrá que aprender a practicar la escucha activa y a saber fundamentar lo que defendemos con argumentos coherentes que validen nuestro pensar en el momento oportuno. Por otro lado, no quisiera olvidarme de lo importante que es la reflexión personal, para navegar por esos mundos de dudas e incertidumbres y poder, si se da el caso, atrapar conclusiones que se conviertan en la esperanzadora luz que nos ayude a arribar a buen puerto. Como el nombre indica Diario de un filósofo es precisamente un diario en el que se recogen ideas que nos ayuden a crecer interiormente a través de pequeñas reflexiones. Al menos espero que os puedan crear cierta desazón mental como para que intentéis buscar esas respuestas que todos necesitamos, especialmente en ciertos momentos. Porque de vuestra habilidad para encontrar respuestas dependerá que construyáis vuestro faro en la penumbra de las hondas profundidades en las que todos sucumbimos y que a veces nos ahogan. Yo también viajaré con vosotros, porque como vosotros también necesito nuevas respuestas y no siempre las tengo. Por eso seré vuestro guía, que no vuestro maestro, para dirigirnos rumbo a lo inesperado, y espero que juntos vayamos encontrando lo que necesitamos para comprender y valorar lo que somos y lo que podemos llegar a ser con pensamientos, voluntad y disciplina intelectual. A mis alumnos y alumnas |